Francisca
Al llegar a Chandigarh uno comprueba...
Al llegar a Chandigarh uno comprueba que si funciona. Que las especulaciones se resuelven y que la ciudad fluye amablemente como si el resto de India no existiera.
Yo creo el asombro es garantizado. Chandigarh parte de un plano a carboncillo personificado en estructuras de concreto y balcones, ventanales a avenidas. Las grandes avenidas. Ellas resuelven lo que se comprueba es la necesidad de una ciudad de fluir, de tener tiempos y espacio. De que haya aire. De que el caos contamine cada célula vecina. Sus cuadras se proyectan como largos trazos hechos en lápiz sin regla, amorfos como el cuerpo
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