Merece la pena verlo.
En medio de la nada, entre Arenas de San Pedro y Sotillo de la Adrada se encuentra este pueblo que muy difícilmente llegará a los 900 habitantes.
Lanzahíta puede pasar desapercibido, la carretera cruza el pueblo y no pasa por la parte más bonita, el casco antiguo. El centro del pueblo tiene una iglesia con un retablo maravilloso, y dos plazas, la de la Constitución y la de España, que merece la pena visitar.
Saliendo un poco del pueblo, hay un coqueto puente de piedra que pasa por encima de un río en el que hay unas pozas fantásticas para el baño en verano.
Y es que, el clima en Lanzahíta es muy inhóspito en verano; hay que subir a la piscina municipal (olímpica, 3,5€ la entrada diaria en 2018) o buscar esas pozas para darse un chapuzón y refrescarse.