Icono de la Isla Sur
Bueno, pues el tiempo no acompañó en absoluto, y eso que normalmente no me importa que llueva, haga frío o calor, pero un poco de sol, o al menos un rayito entre las nubes me hubieran ayudado a captar la imagen que todo visitante de Nueva Zelanda quiere llevarse a casa, la imagen del Monte Cook reflejada en las cristalinas aguas del lago.
No fue posible, pero por eso no íbamos a dejar de recorrer el interesante y verde sendero que de manera circular nos lleva hasta el lago y luego de regreso al aparcamiento, en un paseo que fácilmente nos ocupó unos 50 minutos.
Perfectamente señalizado, recorremos la vía abierta en el corazón del bosque, entre helechos gigantes, coníferas como el rimu y los kahikatea, los árboles más altos de Nueva Zelanda.
No esperemos ver el fondo, ni siquiera un par de metros, ya que el agua es marrón debido a la cantidad de materia orgánica que genera el humus del suelo proveniente de la descomposición de los desechos del propio bosque. Lo que si podemos esperar es una calma total, rota solamente por el mugido de las vacas que pacen plácidamente en el prado que precede al sendero o por los cantos o gritos de más de un ave escurridiza.
Una última cosa: en un recodo del camino de vuelta se encuentran los helechos "Principe de Gales" quye podemos ver en una de las fotos. Son realmente espectaculares.


