El lago de las aguas tranquilas
El lago Tarawera no suele estar dentro de los planes de visita de quien recala en la isla norte, ni siquiera estaba en los nuestros. Pero para nosotros sería el primer intento de probar las hot pools o piscinas calientes que salpican la geografía de las islas de Zelanda. Llegamos pues al lago con la intención de hacer la caminata que nos llevaría hasta ellas.
La gran masa de agua es conocida entre los neozelandeses por la quietud de sus aguas, que permiten practicar todo tipo de deportes acuáticos, y bien avanzado el verano incluso bañarse, pero menos conocida es su actividad geotérmica, que calienta una playa aislada en el borde del mismo. Hasta hace poco el lugar sólo era accesible en barco, pero ahora se puede acceder por el recién inaugurado sendero de Tarawera. Aguas termales que fluyen por el lecho del lago y calientan una pequeña playa se presentaban como el lugar perfecto para terminar una jornada de exploración y relajarnos tras los centenares de kilómetros que habíamos recorrido durante el día.