Ana Valien
Estuvimos unos pocos amigos en La...
Estuvimos unos pocos amigos en La Vaquita este sábado pasado. Se trata de un local pequeño, dominado prácticamente en su totalidad por una larga barra de madera. Muy pequeño pero agradable y decorado con pequeñas vaquitas en honor a su nombre, no hay nada mejor que tomar unas croquetas caseras o empanadas de carne o espinacas en su barra.
Las tapas, lejos de ceñirse a la carta tradicional de los locales madrileños, incluyen berenjenas rellenas, tostas de salmón, empanadas argentinas o croquetas de cabrales. Una verdadera delicia como tentempié o cena ligera antes de perderse por las calles
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