Toda una experiencia
Al final de la kashba no puedes dejar de visitar la tienda de Anuar. Es pequeña. Artesanía bereber auténtica.
Tiene unas mantas de piel de camello preciosas. Pañuelos de seda. Teteras... Pero, sobre todo, tienes que conocer a Anuar. Habla español perfectamente y es una de esas personas especiales que hacen que un viaje merezca la pena. Tanto, que terminé cenando couscous en su casa, dos días después (tras volver del Sahara), porque no podía rechazar tan amable invitación. La cena, junto a su mujer, claro. Un tipo estupendo que sé que volveré a ver y que hará que regrese a su tierra tarde o temprano. Y el lugar ideal para comprar a un precio justo y a gente que lo merece. Si pasas por ahí (hazlo, por favor), dale recuerdos de mi parte. Y cómprale algo.