Pimientos rellenos insuperables
Establecidos en este lugar desde 1956, venía precedido por muy buenas recomendaciones y nos dirigimos allí andando pues habíamos dejado el coche cerca de la Plaza de la Catedral y no hay como caminar para conocerlo casi todo. Descubrimos que el lugar es muy cómodo, en la planta baja hay un bar en madera y piedra con una amplísima barra, por el horario no muy concurrido y aunque la mayoría era hombres, también pude ver algunas señoras y niños. Subimos a la planta alta por una escalera con plantas a ambos lados e ingresamos al comedor con rústicas paredes pintadas de un amarillo muy fuerte en el que cada tanto aparecían las piedras.
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