La frontera terrestre menos corrupta para entrar en Senegal desde Mauritania
La Pista de Diama se ha convertido con los años en un lugar mítico en la peregrinación overlander. Viajeros en 4X4, moteros e incluso algún intrépido ciclista, escogen esta opción para entrar en Senegal desde Mauritania.
La primera razón para escoger esta ruta es puramente práctica. La otra opción es la frontera de Rosso, a la que se accede por asfalto pero que probablemente sea una de las más corruptas de África. Razón de peso.
Pero otra gran razón para salirse de la ruta y enfrentarse a un trazado por pista, es la belleza de éste y lo divertido de la conducción. No exige un gran nivel de pilotaje pero sí una moto trail o un coche 4X4. Además de piedras y algún que otro agujero, habrá tramos en los que nos sorprendan bancos de arena. Nada grave, tan solo hay que ir atento para no estamparte contra el suelo, en el caso de los moteros.
La belleza del paraje bien merece un esfuerzo. El desierto se despide fundiéndose poco a poco con la Sabana. Los matojos se convierten en árboles secos y hacen de obstáculo definitivo a las dunas, que literalmente quedan atrapadas. A mitad de camino entramos en un Parque Natural y aparecen animales salvajes como jabalíes.
La frontera definitiva que marca el final del desierto es el río Senegal, al que le rodea gran vegetación. También es la frontera de la malaria, a partir de este momento entramos en riesgo y por tanto toca protegerse.
A partir de aquí nos queda la mitad de recorrido hasta el paso fronterizo, atravesando un segundo Parque Natural en el que es posible que un guarda nos pida dinero. Comienzan los abusos. No hay que pagar nada por atravesarlo, tan solo hay que dedicar unos minutos hasta convencer al funcionario de que no somos presa fácil.
Una vez en la frontera la cosa será más complicada, nos pedirán un tasa corrupta por cualquier cosa que se les ocurra. Paciencia. En cualquier caso todo este cansado proceso es mucho menor que por la frontera de Rosso.