Un pequeño paseo lleno de sorpresas
Si tomamos el camino contrario al que suele seguir el visitante que sube hasta lo alto de la colina del castillo, nuestra visita será, según pude comprobar, más completa. Primero porque tendremos una vista diferente de la ciudad y segundo porque hay varios lugares interesantes que nos saldrán la paso.
El primero es el paso subterráneo que atraviesa la muralla y nos saca del conjunto fortificado del castillo. Este lado de la colina parece estar construido en terrazas, donde vamos encontrando jardines con esculturas, a las que son tan aficionados los eslovacos, y construcciones civiles y religiosas. Hay pequeñas callejuelas que van deslizándose hacia abajo por la colina, enseñándonos la arquitectura moderna y la antigua combinada, en una especie de semidecadencia, como demostrando que la ciudad crece hacia la modernidad y que el nuevo ciudadano quiere integrarse en las nuevas edificaciones de la parte este de la ciudad, hacia donde ésta crece.