La Cigale

Esta brasserie fué declarada Monumento Histórico en 1964, y es uno de los mayores atractivos de la ciudad según mi parecer, una verdadera joya.
Inaugurada en 1895, está emplazada frente al magnífico teatro Graslin, y no hay que dejar de entrar para descubrir y admirar cada detalle art decó que sigue perfectamente conservado. Aquí se han rodado películas y han pasado por sus salones innumerables artistas de distintas disciplinas.
En cuanto a la comida, excelente, el servicio lento, y el ruido de la puerta de la cocina insufrible ( cambié de mesa), pero el tartar, el bacalao o el postre, muy, muy bien.

El ambiente de este restaurante es magnífico: decoración suntuosa y una vista magnífica de la plaza Gralin, sobre todo por la noche, mientras la Ópera está iluminada.

Sin embargo, los camareros te miran mal si no llevas corbata, incluso la forma de hablarte y servirte. Aunque el servicio es bastante rápido. En cuanto a los platos, hay otros restaurantes de Nantes más baratos que son bastante mejores. Pagaréis las vistas y la decoración más que la comida, pero es un lugar emblemático de Nantes que hay que haber visitado.

La Cigale no es un sitio cualquiera, ni siquiera es un restaurante más de Nantes. La decoración, el trato, la comida, el ambiente... La Cigale es único!!

Este restaurante, situado frente a la Ópera, es un lugar fantástico que reúne la mejor selección gastronómica en un ambiente refinado y lleno de glamour. La Cigale tiene un toque muy francés que lo convierten en una opción muy recomendable para pasar una agradable velada en compañía especial.

Entre una exquisita carta de especialidades exclusivas, la noche se pasa volando mientras comes, ríes, bebes y observas la decoración Belle Époque del interior del local. Además, los camareros gozan de un gran sentido del humor y derrochan una simpatía envidiable.

Una bonita plaza para relajarse y sentarse en las escaleras de la ópera