¿A dónde quieres ir?
Entrar
Mi perfil
Editar mi perfil
Cerrar sesión
Añadir experiencia
Publicar

La Catedral

{"logged":false,"user":null,"permissions":null}
+7

9 opiniones sobre La Catedral

como si siguieras en el Teatro

Excelente

Qué pasada, un bar restaurante con restos arqueológicos.

Súper cuidado, con mucha historia y con una cerveza súper fría. No recuerdo un sitio tan cuidado al detalle y tratado con tanto mimo en nigua de las grandes capitales. No te pierdas los baños, escondes interesantes sorpresas. Me he quedado de piedra cuando el dueño me ha contado que ha tardado 9 años en ponerlo a punto.

+6

Si vas... vuelves y vuelves y vuelves.....

Cierran los lunes, pero el resto de la semana puedes disfrutar de un local super novedoso. Es un espectáculo en sí mismo, una obra de arte, cuidado con mimo en todos sus detalles. Decoración, iluminación, arquitectura...Su carta está en costante evolución otra señal más del trato exquisito que dan a sus clientes. El personal es cariñoso, educado, profesional sin agobiar e increíblemente accesibles. Además organizan esposiciones y conciertos. Un 10

No es para tanto de hecho no volvería

El baño mmmmm normal, el sitio simple con piedras antiguas en alguna pared, y la comida calidad precio un 5 raspado, de primero pedimos una ensalada trufada con alcachofas y jamón ibérico, yo no se si la trufa era lo que colmaba la ensalada pero el sabor de la trufa apenas era aprecianle, las alcachofas de bote, despues como no te guste el pescaso mueres a un solomillo entrecot o secreto ibérico, nosotros optamos x solomillo, no era fresco fresco ya q lo encontré un tanto correoso ...... Yo sinceramente no volvería nunca

Alterada dimensión espacial

No llegamos a probar nada. Indico el motivo, que no hay que dejar
pasar estas cositas. Nos colocaron en un rincón donde la mesa estaba,
y es literal, pegada incómoda y peligrosamente a un extintor que
ocupaba parte de la misma, invadiendo el espacio del comensal. Lo de
peligroso es consecuencia de saltarse las normas de seguridad a la
torera. Luego pasa lo que pasa. Solo se podía acceder al extintor
aplastando al cliente o levantándolo por los aires, que además ni
siquiera estaba señalizado, al estar el cartelito para tal fin
apoyado en la manivela de accionamiento de la misma botella oculto a
cualquier perspectiva.


La mesa era de 50X50, quizá incluso menor, abarrotada, no podía ser
de otra forma, de copas, platos y cubiertos. No llegamos a descubrir
donde colocan lo que sale de cocina, tampoco había sitio para enseres
auxiliares, ya que en el ángulo opuesto al del rincón del extintor
estaba el pasillo por donde desfilan los camareros y los clientes.
Vaya un lugar perfecto para fastidiarte una cena tranquila y relajada
en una población tan divina como Cartagena. Al hacerle saber al
responsable de la sala la incómoda velada que nos esperaba gracias a
su alterado sentido espacial, quiso repararlo retirando dos palmos la
mesa del extintor. Si a esta cuestión le sumamos, que a pesar de que
llamamos para reservar y retrasamos la cena a petición de quien nos
atendió; una vez que ocupamos esa mesa en un espacio donde no cabe ni
mesa, ni nada ni nadie, una pareja entró en la sala y les fue asignada
una mesa donde realmente además de comer, y me refiero al acto
nutricional, se podía disfrutar del final de un maravilloso día
cartagenero. Decidimos marcharnos, solo por una cuestión, no íbamos a
cenar a gusto.
No voy a entrar en otros detalles, que los hay, y no son precisamente
los propios de uno de los mejores restaurantes de una ciudad, solo
decirles a quien o quienes regentan el local, que tienen un
restaurante en un enclave maravilloso, que dicen quienes nos lo
recomendaron que la cocina es excelente. No lo sé, tal vez lo sea, tal
vez no. El caso es que el confort y la seguridad son dos cuestiones
tan importantes como la cocina y tras nuestra negativa experiencia,
aseguramos que ambos dejan mucho que desear y en ningún caso, sobre
todo la falta en la seguridad, quedaría compensada ni con
exquisiteces principescas.
A veces son estas o similares cuestiones como la dejadez en la
supervisión o quizá un exceso de confianza, las que llevan a la
debacle a un restaurante que tal vez en otro momento estuvo dedicado
al goce de su público. En este caso, la inapropiada dimensión del
espacio del local, probablemente un despiste de sencilla reparación,
ha disuadido a clientes. Digo despiste por que está claro, esto no lo
hacen para ganar mas dinero, así lo pierden.
Leer más
{"logged":false,"user":null,"permissions":null}
¿Conoces este lugar?
Ayuda a otros viajeros a descubrir con tu experiencia y tus fotos
{"logged":false,"user":null,"permissions":null}

Información La Catedral

Enlaces de La Catedral
Preguntas y
respuestas
Preguntas y respuestas
¿Qué te gustaría saber sobre este rincón?
Haz tu pregunta