Tradición milenaria
Es tan bella Kyoto que no se puede explicar con palabras. Pero puede que solo con decir que esa belleza la salvó de ser bombardeada en la Segunda Guerra Mundial uno se pueda hacer idea de lo que encontrar en la ciudad que mejor ha sabido mantener en sus calles la tradición sin por ello renunciar a adaptarse a los nuevos tiempos.
Kyoto es una ciudad con un patrimonio cultural tan grande que para poder disfrutar de sus monumentos y de las diferentes actividades que ofrece hay que dedicar varios días (y noches) a recorrerla. Templos, palacios, calles en las que parece haberse detenido el tiempo y pequeños riachuelos son solo algunas de las cosas que el viajero encontrará mientras conoce la ciudad. Hay que ser selectivo si se cuenta con poco tiempo para disfrutar de Kyoto, una ciudad llena de templos y santuarios. Cada uno con un enclave especial y con elementos que le diferencias del resto.
No hay olvidar tampoco la vida cultural de la ciudad. Desde teatro a danza o distintas exposiciones. Y por supuesto, hay que disfrutar de la gastronomía de Japón, sentarse en algún restaurante tradicional y sentir que el tiempo las prisas se han quedado en la puerta, que a veces vivir sin reloj es un regalo. Sobre todo cuando a uno le espera una ciudad tan singular e increíble como es Kyoto.


