Karaweik Café

Al pasar por delante de este enorme restaurante nos sorprendió ver lo lleno de gente que estaba y decidimos entrar a darle una oportunidad. Dentro fuimos bienvenidos por un grupo de camareros birmanos que aunque no hablaban ni una sola palabra de inglés se esforzaron en darnos un buen servicio.

Pedimos arroz con coco y pollo y un pancake y nos sorprendimos de la cantidad de comida con la que nos llenaron la mesa. Tanto un plato como el otro estaban muy buenos y nos fuimos de ahí con la barriga bien llena y el paladar satisfecho.