John Hancock Center

Bueno, lo que quería contar aquí es menos algo sobre la historia de la John Hancock Tower - que dicho sea de paso fue construida en 1970 por tres arquitectos americanos conocidos y ganó varios premios - como sobre la experiencia de tomar un dry martini en la última planta de la torre.

En la John Hancock Tower, que es uno de los edificios más altos de Chicago, se pueden hacer diversas actividades, como por ejemplo ir a ver las vistas desde el observatorio (de pago) o cenar en su caríssimo restaurante. (creo que se llama Signature y está en la 95ª planta).

Pero vale la pena subir a tomar-se una copa al lounge que está una o dos plantas por encima del restaurante. Un dry martini cuesta unos 12 dólares, que no es un precio barato, pero como dice el anuncio, hay cosas que no tienen precio.

Es un mirador desde el segundo edificio más alto de Chicago.
Está en la Avenida Michigan y tiene vistas sobre el lago Michigan, del que no se vé el límite y parece un mar.
Las entradas valen por 24 horas y es recomendable ir por el día y por la noche.
Suele hacer viento y hacer fresquito.
Hay guías de audio gratuitas que te explican la historia de Chicago, de la Torre y los puntos que se ven.
Se pueden ver el resto de edificios de Chicago como la Torre Sears y muchos otros como el United Center (estadio de los Chicago Bulls).
Si no quiere subir al Observatorio (piso 94), se puede ir a un restaurante "Signature Room" (piso 95) que tiene las mismas vistas.

La alternativa para disfrutar el panorama de Chicago son la torre Willis y la del John Hancock Center. Elegí esta última por dos motivos. Uno es que en el piso 95, en el Signature Room, se puede cenar con vista a un balcón muy distinto a cualquier otro que puedan imaginar. Y el segundo es que desde el J.H.C. se puede admirar también a la ex torre Sears.
El paisaje es de esos que quitan el aliento.
La vista va cambiando a la hora del atardecer, se enciende y nos devuelve en miles de pequeñas luces como estrellas la skyline de Chicago más impactante.
Muy, pero muy recomendable.

Se trata de un edificio situado en el centro de Chicago. Es un edificio de oficinas pero en el piso 96 hay un restaurante des de el cual por la noche se ve una impresionante vista de la ciudad de los rascacielos. Vale la pena estar ahí, en una de las mesas de las cristaleras que dan directamente al vacío.

Pensé que no me iba a llamar la atención! Había leído que era mejor ir al bar del piso 96 pero este lugar esta increíble y si vas cuando esta atardeciendo mucho mejor!

Si vais a Chicago es una parada casi obligatoria, intentar reservar con tiempo para que os pongan en una mesa en la ventana. La comida es muy buena y el trato también

Restaurante en la planta 95. Cena y vistas nocturnas inolvidables.