Jardin Secreto de Salvador Bachiller

Un lugar de lo más acogedor en pleno centro de Madrid. Cada rincón del edificio está decorado con muy buen gusto.

Un par de plantas del edificio dedicadas a vender bolsos, maletas, artículos para el hogar... Y a parte unas cuantas terrazas/gastrobar repartidas entre la primera y tercera planta. En la última planta, se 'esconde' el jardín secreto, encantador.

En la terraza hay que consumir mínimo 4€ por persona (por ejemplo es lo que cuesta una infusión).

Para los amantes de las frutas y verduras, el Green Paradise es muy refrescante (bebida a base de manzana, espinacas, apio, menta...). Alrededor de 7€.

Tranquilo y sofisticado

Como no podía ser de otra forma, en la terraza de la azotea de Salvador Bachiller de la calle Montera encontramos un pequeño y cuidado jardín artificial. Solo has de entrar en la tienda y, tanto por las escaleras mecánicas como por ascensor, subir hasta la planta más alta.

Un lugar perfecto para estar tranquilo en un sitio bastante peculiar.

Se hizo muy famoso hace unos meses y puede resultar un poco difícil conseguir un hueco sin esperar al menos 15 minutos.

Mi consejo; es muy bonito y tranquilo para pasar un rato pero si puedes evitarlo (a no ser que seas un amante de las infusiones) no pidas té, cuestan unos 6 euros y aunque el vaso es bastante grande (no olvidemos que es agua con un toque de sabor) están un poco amargos.

Ahora puedes entrar a comprar un bolso o una maleta en la tienda de Salvador Bachiller de la calle Alcalá y terminar tomando un té en la planta sótano. Desde hace tan solo un par de semanas han creado un espacio perfecto para acudir con los amigos a tomar un té al salir de la oficina. Está puesto con mucho gusto y resulta muy acogedor. La única pega es que no tenga vistas a la calle.

La verdad es que es un poco caro, pero se está muy a gusto. Sobre todo con aire acondicionado cuando en la calle hay 40 grados.

Probablemente el sitio más pésimo, ordinario y mediocre que he visitado hasta el momento. Ya había estado en otra ocasión pero en esta, cuando subimos a la ultima planta, pudimos escuchar como la encarga exigía a todo el mundo por normas de dirección que sólo se admitía sentarse allí con un consumo mínimo de 9€ por persona, excusándose en que es la zona de merienda. Es inadmisible. Claro que podemos pagar 9 € por persona pero, ¿Exigirlo?

Esto es totalmente ilegal. Su dirección de Marketing es nefasta, su local está muy lejos de estar dentro de los locales de mayor distinción donde una copa de vino puede costar 15€ pero jamás sería exigido su consumo para sentarse allí.

Sonaba música de fondo conocida cambiada a un estilo mucho más suave, el sitio era impresionante; ¿Cómo esperarte algo así en el centro de una ciudad como Madrid? Rodeada por plantas con una decoración dulce y minimal. El servicio muy agradable y después de mencionar este mini paraíso tan dulce que nos pusieron de postre? Cupcakes. Añadiré que la cerveza era una rubia y estaba de muerte pero solo pusieron tapa con el café, porque las tapas que pensaba que eran de las cervezas eran piedras que hacían peso en una especie de cesta.

Bonita terraza en el centro de madrid, la comida/bebida cara para la calidad.

Mi pareja y yo reservamos una mesa y por causa de la lluvia nos tuvimos que sentar en una mesa que me llegaba por las rodillas y me tenía que encorvar para comer. Además de que en esa esquina olía a pis.

La cena dejó mucho que desear también

Este lugar lo encontré por casualidad y me encantó. No sabía que dentro de la tienda del gran diseñador se encontraba este lugar mágico en el que tomarse algo. La verdad que merece la pena.