Arturo Sánchez Quiñones
El jardín escondido
Son pocos los turistas que se acercan a visitar el templo budista Shoren-in, por lo que es un lugar perfecto para disfrutar de un poquito de paz. Y si el templo la brinda, su precioso y cuidado jardín es el lugar perfecto para desconectar un rato y dedicarse a contemplar la belleza que ofrece.
Este jardín se creo durante el período Muromachi (1336-1573), y por el paseaban los monjes del templo, pertenecientes a la secta Heian y cuyos sumos sacerdotes eran tradicionalmente miembros de la familia imperial.
El jardín cuenta con muchos elementos típicos de un jardín zen japones, como un estanque, puentes, lámparas de piedra y una terraza en uno de los edificios para poder contemplarlo.
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