El jardín botánico de la capital, f...
El jardín botánico de la capital, fundado en 1955 por el científico colombiano Enrique Perez Arbelaez, es un lugar lleno de naturaleza y color. Su nombre honra la memoria del sabio José Celestino Mutis, director de la expedición botánica.
Esta ubicado en el occidente de Bogotá, donde se promueven y realizan actividades de conservación, educación ambiental e investigación de la diversidad de la flora colombiana; en particular la de la sabana de Bogotá.
Dentro de sus colecciones cuenta con representaciones de: Bosque andino, robledal, bosque de niebla, zona de coníferas, criptogamium (plantas que crecen de flores), herbal (plantas medicinales), rosaleda y circuitos de invernaderos con plantas de clima cálido, seco y lluvioso.
Es de especial interés "el Sistemático", un lugar en donde las plantas están organizadas según se grado de evolución.
Posee acceso peatonal y vehicular, y en su complejo hay un lago cascada, laboratorios, túneles de propagación, aula ambiental y auditorio para conferencias y conciertos. Se ofrecen servicios como biblioteca, videoforo, venta de publicaciones, restaurante, cafetería y vivero comercial; y desarrolla talleres infantiles, expediciones ambientales, asesoría técnica y exposiciones temporales de orquideas, bromelias, rosas, bonsai y heliconias.
La última vez que estuve allí fue en el 2001. No recordaba que este lugar fuera tan grande y organizado; nada que envidiar a sitios de estas características en países desarrollados. Fuimos con Jordi y mis suegros cuando viajaron a Bogotá para la boda. Mi suegra, amante de las orquideas, ya había indicado su puntual interés para ir a este lugar, la verdad poco transitado por turistas, tanto por su ubicación (bastante apartada del centro histórico) como por sus actividades, dirigidas mas a investigadores, científicos y estudiantes.
El recorrido comienza en un espacio abierto, con caminos en adoquin que llevan a los distintos lugares creados, entre ellos los laboratorios y la exposición de flores tropicales, según la temporada. Fallamos, justo en octubre no había orquideas, así que mi suegra se contentó con sólo ver algunas fotografías.
Estar en el jardín botánico es como estar en un parque inmenso, bien cuidado; que te de la libertad de correr por sus prados, sentarte a tomar el sol, visitar sus exposiciones y si el calendario coincide; escuchar algún concierto de algún grupo local. Es para ir sin prisas, para disfrutar de la naturaleza, para encontrarte a ti mismo en ese gran mundo de la flora, esta muy bien.


