Real Jardín Botánico

El Jardín Botánico de Escocia es una institución muy reconocida al nivel internacional por sus estudios de las plantas y de la vida natural y biodiversidad. Se fundó en el 1670, y se desplazó hasta el siglo XIX, a un kilómetro del centro de la ciudad, en Inverleith Row, donde sigue hoy en día.

Es bastante grande para estar tan cerca del centro de la ciudad, pero se recorre en un par de horas, al menos que quieras comer en el restaurante de la colina, que domina el parque y ofrece preciosas vistas a la ciudad de Edimburgo.

Hay una parte particular, que se llama Chinese Hillside, está en la parte sur del jardín, y reconstruye un paisaje chino, con las plantas que los científicos trajeron de las montañas asiáticas. El jardín siempre ha mantenido una relación muy estrecha con China, mandando equipos de investigación muy a menudo.

Puedes ver florecer todo el año, empieza con las flores del Himalaya en enero y febrero. Admirar las sequollas de norteamérica, su increíble altura. Extensiones de liliums, crocus sobre el césped. Dalias. Amapolas de primavera...Bellísmo en colores y formas, un deleite para los sentidos. Y el Castillo sobre la roca al fondo y los cambios estacionales en un mismo día aumentando la riqueza cromática de lugar. Una visita muy especial...

El Rock and Heath garden se encuentra en el jardín botánico de Edimburgo. Es uno de los más antiguos jardines reales ingleses, y lo cuida la Royal Horticultural Society, una institución ahí. El Rock and Heath es el lugar donde crecen más de 5000 plantas de alta montaña, de las regiones árticas y de los alpes mediterráneos.

Es uno de los principales puntos de interés del jardín, y eso en cualquier época del año. El paisaje está dividido por una cascada de agua, que se parece a un pequeño río que se resbalaría de la montaña. Las flores están ordenadas por región, se encuentran especies de Japón de Nueva Zelanda o de Escocia para citar algunas. El Scottish Heath Garden cercano junta los paisajes típicos de los Highlands escoceses, on unas variedades de pinos de la región.

El Jardín Botánico de Edimburgo tiene la diversidad biológica que cabría esperar de cualquier jardín botánico que se precie, y tiene cuatro aportes de valor que lo convierten en único.

En primer lugar, tiene una estética cuidada al detalle con espacios abiertos y zonas más frondosas.

En segundo lugar, es gratuito (hecho muy valorable).

Además, hay ardillas correteando por los jardines que hacen más amena aún la visita.

En último lugar, pero no por ello menos importante, desde la parte más alta del jardín hay unas vistas de la Ciudad Vieja que son espectaculares (de verdad, ¡menuda puesta de sol!).

Pues aquí estoy, en Edimburgo. Me fui en junio para vivir un verano inolvidable en la ciudad que me cautivó hace unos años. La primera vez que vivo lejos de casa y sola, la primera vez que trabajo, muchas primeras veces. Cada día descubro más rincones de esta ciudad donde el verde predomina en la tierra y el gris, en el cielo. Los jardines botánicos son espectaculares y ofrece un viaje por todo el mundo a través de su flora. Ya queda poco para volver a casa y me llevo un montón de experiencias y fotografías como esta. Espero que os guste.

Es muy bonito y un sitio donde encontrarás familias paseando. Si necesitas preguntar por ello, lo llaman “The Botanics”.

Es una visita que no puedes perderte si visitas esta ciudad. Se trata de un parque enorme lleno de plantas de todo tipo, incluso una parte del parque esta enfocado al mundo Zen. Durante la visita estarás acompañado de sus graciosas habitantes, las ardillas. Es un buen lugar para ir a comer un picnic i descansar, y si vas con niños tienen mucho espacio para correr. Es gratuito menos la parte de los invernaderos. Yo lo recomiendo 100%.