"Alojarse" en el Delta del Okavango no es difícil, ni fácil...
Hoy en día se puede contratar una noche en una de las islas deshabitadas, y en exclusiva, llevando vosotros el material de camping.
Incomparable es llegar hasta allí a bordo de los "mokoros", las embarcaciones típicas de los habitantes del Delta, conducidas por supuesto por los mokoreros que las empujan con largas pértigas. Gente además muy amable y simpática.
Inolvidable es llegar y encontrar el campamento rodeado (literalmente) de excrementos de elefantes que pasaron por allí, en buena medida la noche anterior, un avance de lo que puede ocurrir ésa en la que tú estés.
Inolvidable es despertarte en medio de la noche y escuchar los bufidos de los hipopótamos que han salido del agua y campan cerca de donde tú estás, y piensas "madre mía, como pisoteen la tienda...".