Isla Mauricio

La isla de las especias

Visitamos la isla en julio por lo que las temperaturas eran suaves, se agradecía una chaqueta por la noche, pero de día se podía tomar el sol.
El paisaje es divino, playas de arena blanca, ricas negras y mar turquesa!
La gente es agradable con mucha mezcla racial. Hablan ingles y francés, incluso en la misma frase pueden usar ambos idiomas mezclados... La gente joven es la que mas ingles habla
La comida muy buena, tanto la criolla como la internacional y a precios asequibles en muy buenos restaurantes.
Nos alojamos en Grand Baie, una zona muy agradable con cierto ambiente y Muchos restaurantes en los que se cuidan mucho los detalles
Por louis es un ciudad con mucho tráfico y bastante abarrotada de gente,sobre todo la zona del mercado... Tiene una calle muy curiosa toda cubierta con paraguas colgantes y tienditas de artesanía. Se visita rápido
Peyrebere tiene una playa bonita para ver la puesta de sol
El jardín de Pamplousses tiene unos nenúfares gigantes espectaculares y gran variedad de flora de la zona
Chamarel la tierra de siete colores es algo que no hay que perderse. Esta en un enclave como muy africano con una cascada de cola de caballo muy chuli
La zona sur oeste tiene unas playas ideales y es inolvidable el nadar con delfines en pleno mar, es decir en su hábitat, nada de parques temáticos. También hay peces tropicales y corales.

Lo primero que me llama la atención en éste paraíso de arenas blancas y azules aguas cristalinas, es que la mezcolanza de sus habitantes, algo menos de la mitad de ellos son de descendencia africana y la otra mitad (algo más del 60%)son de descendencia Hindú; y son 2 culturas que se aportan entre sí algo muy positivo (la gente hindú (a mi parecer) gana apertura y “salsa”( con respecto a los que viven en India ; y aportan el toque espiritual y la paz que se respira en la isla( algún chino que otro hay,( como en todas partes,) en torno al 3% de la población.), es probablemente la isla más multicultural del Océano Índico.

La isla Mauricio emerge del océano índico con un conglomerado de culturas, sabores y religiones. El turista mauricino puede llevar a cabo deportes acuáticos, ver delfines, visitar templos o perderse en bazares llenos de especias. En pocos kilómetros se puede pasar del relax glamuroso de sus resorts al movimiento de su capital Port Luis.
Agua + Aire + Fuego + Tierra. El agua cristalina de sus playas, el ron añejo, las colinas volcánicas de siete colores y la pasión acogedora de sus habitantes consiguen que esta isla suponga una experiencia llena de sensaciones inolvidables.