Muy básica...
La pensión pertenece a un buen padre de familia, que intenta todos los días enseñar el oficio de empresario hotelero a sus hijos. Su mujer aporta todo su empeño en que la casa esté en condiciones dignas y lo conseguimos. La casa de huéspedes está limpia y recogida. No disponen de muebles nuevos ni de instalaciones modernas. Abajo está la recepción y una especie de “hall”. Las habitaciones están en la planta de arriba; sólo hay 8, algunas más grandes que otras, pero no las pudimos ver todas, ya que la mayoría estaban ocupadas...
Nuestra habitación doble básica y sencilla. Por 10 € no se puede pedir más. Una cama doble y un aseo privado. Con aire acondicionado, una máquina un tanto molesta y ruidosa. La habitación tenía una terraza chulísima y de enormes dimensiones donde podíamos sentarnos a desayunar o a fumar el último cigarrillo del día. Bajo, en la calle, el tráfico es intenso.