Roberto Gonzalez
Iglesia Griega de la Santísima Trinidad
Otra de las joyas de Viena que no aparecen en la mayoría de las guías de la ciudad, pero que a mí, como buen callejeador que soy me vienen al paso.
Esta preciosa y extraña iglesia se encuentra perdida en una callejuelas de aire medieval que la esconden de las miradas indiscretas de la gente y de los turistas, menos de mí.
Digo que es extraña porque como podeis ver en las fotos el edificio es muy llamativo,por sus colores y su aire oriental, tan fuera de lugar entre los edificios neoclásicos y barrocos que la rodean y fue construida a finales del s.XVIII, al igual que las sinagogas y otras iglesias ortodoxas y protestantes.
También es extraña porque la entrada es muy pequeña, casi como la puerta de una casa de huéspedes, y al abrir la puerta se presenta un zaguán ancho y largo, ricamente ornado con pilastras y paredes de mármol y techos pintados en estilo bizantino. La mejor parte es esta, porque luego, la iglesia en sí es como cualquier otra, eso sí pletórica de mármoles y dorados, aunque eso sí, con más representaciones pictóricas que en la mayoría.
La historia de la iglesia no está exenta de vicisitudes.
El edificio original fue levantado en una época, la Contra-reforma, en que los Habsburgo seguían siendo rigurosamente católicos, y estaba prohibido construir templos no católicos. Pero a finales del s.XVIII el emperador José II levantó dicha prohibición a través del Edicto de Tolerancia, aunque estableció que las iglesias o templos no católicos que se construyeran tenían que tener fachadas sencillas y no tener apariencia exterior de edificio religioso. Y así se construyeron hasta el s.XIX, cuando se suprimieron estas estrictas normas; fue entonces también, concretamente en 1833, cuando la iglesia ortodoxa griega de la Santa Trinidad fue modernizada.
Pero fue entre 1856 y 1858 cuando el famoso arquitecto de la Ringstraße, Theophil Hansen, diseñó una nueva fachada en estilo historicista así como nuevos interiores, al estilo de las iglesias bizantinas, gracias, entre otras, a las espléndidas donaciones del banquero vienés-griego Georg Simon Sina.
Desde 1963, la iglesia ortodoxa griega alberga además una escuela y biblioteca griegas.
La historia de la iglesia no está exenta de vicisitudes.
El edificio original fue levantado en una época, la Contra-reforma, en que los Habsburgo seguían siendo rigurosamente católicos, y estaba prohibido construir templos no católicos. Pero a finales del s.XVIII el emperador José II levantó dicha prohibición a través del Edicto de Tolerancia, aunque estableció que las iglesias o templos no católicos que se construyeran tenían que tener fachadas sencillas y no tener apariencia exterior de edificio religioso. Y así se construyeron hasta el s.XIX, cuando se suprimieron estas estrictas normas; fue entonces también, concretamente en 1833, cuando la iglesia ortodoxa griega de la Santa Trinidad fue modernizada.
Pero fue entre 1856 y 1858 cuando el famoso arquitecto de la Ringstraße, Theophil Hansen, diseñó una nueva fachada en estilo historicista así como nuevos interiores, al estilo de las iglesias bizantinas, gracias, entre otras, a las espléndidas donaciones del banquero vienés-griego Georg Simon Sina.
Desde 1963, la iglesia ortodoxa griega alberga además una escuela y biblioteca griegas.
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