Piensa y pide tres deseos...
Punto obligatorio de Salvador: La Iglesia de nuestro señor de Bonfim.
Situada en la Sagrada Colina, de estilo neoclasico colonial y construida en el siglo XVIII, la iglesia es el escenario de peregrinación durante todo el año.
La leyenda cuenta que cuando se acabó la construcción de la iglesia (año 1773), los esclavos fueran obligados a lavar la iglesia por los integrantes de la "Hermandad de los Devotos Leigos", como parte de la preparación de las fiestas de "Senhor do Bonfim", siempre en el segundo domingo de Enero, después del día de Reyes.
Con el tiempo, los adeptos del "Candomblé" (religión traída de África con los esclavos) asociaran la imagen del Senhor do Bonfim con la del Orixá Oxalá, incorporando el lavado a sus tradiciones.
Hasta hoy se sigue haciendo el lavado de sus escaleras, una tradición que se transformó en atracción turística, llena de folclore dónde se visten los trajes que los esclavos utilizaban en su día y se lavan las escaleras con agua perfumada y flores, además del canto precioso de los himnos y canciones religiosas.
Otra tradición más moderna es la "fitinha do Senhor do Bonfim".
En todos los sitios de Salvador y también en otras ciudades de Bahía encontraréis pequeñas cintas/pulseras de colores (de tela) que se atan al pulso con tres nudos. Cada nudo representa un deseo que se pide al Senhor do Bonfim.
En los portones de la iglesia, podéis ver miles de ellas representando otros miles de deseos de quienes por allí pasaran.


