Del románico al barroco
Después de muchos años de viajes por la A2 entre MAdrid y Barcelona, he dedicido pararme a visitar un lugar que siempre me ha llamado la atención y lo tenía pendiente: El Monasterio Cisterciense de Santa María de la Huerta.
Ha sido una visita agradable, serena y tranquila, como siempre pasa en estos lugares, la persona que acoge al visitante lo hace de una manera casi mística e invita a un paseo de relax donde combinar lo artístico, lo cultural y lo espiritual.
Del conjutno del Monasterio destaca, entre otras estancias, su magnífica iglesia de base románica (se inicia su contrucción en el 1179) pero de notable evolución barroca y neoclásica. El recorrido se inicia por el sotocoro donde se encuentra el sepulcro de Ximénez de Rada. El lugar es magnífico, de techos bajísimos con columnas pequeñas que arrancan arcos góticos. Después, la Reja de un estilo Barroco puro, a continuación el coro, el grandioso órgano.
Tras pasar la reja accedemos a la nave central, sencilla, siguiendo el típico modelo cisterciense de cruz latina. Destacan las pinturas de la Capilla Mayor y la Sacristía. El sol inunda el lugar y produce una luz blanca preciosa que ilumina la estancia y la dota de una belleza serena.
Desde el exterior hay que contemplar la fachada de la iglesia con su portada del SXII y su gran rosetón, precedidos de los restos del antiguo Nartex o pórtico de entrada.


