La iglesia de las curiosidades
Berna, como capital de la Confederación Helvética y por ende del país, no iba a a ser menos que el resto de las grandes ciudades mundiales y no tener una iglesia neogótica, y si podía ser de las más bonitas, pues mucho mejor.
Así que en 1858 y durante unos 8 años se dedicaron a levantar la iglesia que dedicaron a los Santos Pedro y Pablo.
Hasta aquí todo parece de lo más normal. Pero es que la iglesia tiene dos peculiaridades que la hacen especial dentro de las iglesias de Suiza: por un lado el hecho de ser la primera iglesia de culto católico romano que se levantó después de la Reforma, por lo que sirve de sede al Obispo de Suiza, y por otro su situación física junto a la sede del gobierno de hondas raíces reformistas, lo que viene a ser como una gota de agua en un océano de arena, aunque ese carácter neutral y bastante permisivo de los suizos no ha convertido esta diferencia de dogmas en un problema de convivencias.