Iglesia Ortodoxa en Sofía, Bulgaria.
No es ningún secreto que a veces salirse de los circuitos turísticos puede traer grandes recompensas a quien quiere descubrir los rincones más bonitos de una ciudad. En Sofía, la capital de Bulgaria, esto es un hecho innegable. Caminando por una avenida no demasiado conocida al oeste del casco histórico de la ciudad se encuentra la Iglesia de San Nicolás: una de las más grandes de todo el país, construida en el año de 1900.
El sitio está dedicado a San Nicolás de Sofía, quien nació en la ciudad de Ioannina (hoy parte de Grecia) y se dedicaba a la fabricación de zapatos en la antigüedad. Durante la ocupación turca en territorio búlgaro, San Nicolás fue engañado por una princesa, quien puso una sustancia somnífera en su comida y lo circuncidó en un ritual típicamente musulmán mientras dormía. Al despertarse, los turcos lo intentaron obligar a acudir a una mezquita, y lo torturaron terriblemente después de que éste se resistió.
Bulgaria es uno de los países en donde el culto a San Nicolás de Sofía es más importante; es considerado como la figura principal de la resistencia a las imposiciones del Imperio Otomano en Bulgaria, y el interior de la iglesia construida en su honor está llena de imágenes representando sus acciones.


