La belleza de lo sencillo.
La iglesia de San Julián, en Viñón, sirve de ejemplo del primer Románico Asturiano, en un entorno rural. A primera vista la iglesia pasa desapercibida al lado de la carretera y cuesta reparar en este templo con la fachada carente de adornos y revocada de cemento. Pero las apariencias engañan y es justamente en su interior donde se puede ver la verdadera belleza de líneas puras y ambientes recogidos propios del Románico mas puro, conservando un ábside cuadrado de gran belleza y restos de un vía crucis en su interior.
El interior carente casi de adornos tiene un ábside cuadrado, escueto, pero muy sugerente, un Cristo colgado sobre el altar, obra contemporánea del cabraniego José Cuadra, cuya posición aérea responde al rito mozárabe, por el que tradicionalmente se siguen celebrando en Viñón dos misas, el primer sábado de mayo y el tercero de diciembre.