El Viajero
Normalmente paso de largo frente a las...
Normalmente paso de largo frente a las iglesias modernas, sobre todo si tienen pinta de iglesias obreras. Porque parecen más fábricas que templos de culto y son estéticamente feas, como si lo humilde tuviese que ser feo por definición.
No es este el caso y la forma exterior de esta parroquia me llamó la atención. Una estilizada torre rematada en cruz que se une a través de un arco escarzano de ladrillo con una nave octogonal con una cúpula central. Como daba la casualidad de que estaban oficiando misa pudimos conocer su interior e, incluso, hacerle un par de fotos, sin flash por lo que su calidad es escasa.
Dentro es un octógono, uno de cuyos lados acoge el altar. Encima una cúpula, con una serie de columbarios decorados con murales. Es una forma original que no se percibe desde fuera.
Las misas son a las ocho de la tarde, excepto los domingos que son a las once. Nosotros fuimos en domingo, por eso hay tanta luz. Enfrente tiene al Parque Almirante Laulhé, que era nuestro objetivo inicial. Aparcamos, comenzamos a recorrer el Parque y a la vuelta no me pude resistir a la tentación de conocer la iglesia por dentro, atraído por la extraña combinación del blanco y el marrón del granito.
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