Iglesia de San Francisco

Con razón está declarada Monumento Nacional de Portugal, porque esta iglesia es una auténtica maravilla. Su parte exterior es gótica, pero todo el interior es barroco, pues tiene todas sus paredes llenas de retablos y tallas doradas. El más significativo es el del altar mayor, realizado entre 1718 y 1721 por Filipe da Silva y António Gomes, dedicado al Árbol de Jessé. A ambos lados se encuentran los retablos de Ntra. Sra. De Gracia (con una pintura mural del siglo XV) y Ntra. Sra. Del Socorro.

La iglesia tiene tres naves, con transepto, ábside, cabecera tripartita y coro alto. Lo más destacable es el enorme rosetón gótico de 12 calles ubicado sobre la portada (enmarcada en columnas salomónicas torneadas), bajo el que se halla en una hornacina la imagen de San Francisco, ya que esta iglesia se levantó sobre el solar de un antiguo convento franciscano.

Oporto, además de por la Ribiera, destaca sobre todo por la cantidad de iglesias que podemos encontrar. Esta Iglesia - Monumento de San Francisco vista desde afuera parece otra más, pero su interior esconde uno de los mejores tesoros barrocos de Portugal, donde cada milímetro está ornamentado.

Es tal la cantidad de detalles, que si nos vamos a fijar en todos nos llevará un buen rato su visita, aunque sea una iglesia de tamaño normal.

Para entrar en la iglesia hay que pagar 3€, y la entrada nos da también acceso al museo y a las catacumbas.

Simplemente impresionante. Es la iglesia más bonita de Oporto con diferencia y está perfectamente conservada. Lo único malo es que no se pueden hacer fotos.

Esta iglesia fue construida entre los siglos XIV y XV en un marcado estilo gótico, única en la ciudad. Se destaca por su perfecto estado de conservación. En su interior alberga artículos de lujo esta totalmente revestido con una talla dorada barroca. La capilla más importante es la Capela de São João Baptista, construida en el siglo XV, donde se encuentra un retablo que representa el Bautismo de Cristo en el río Jordán.