Roberto Gonzalez
Sencilla pero acogedora
Sán Trófimo fue un santo menor que se dedicó a evangelizar la región de la Provenza siguiendo las órdenes de Pedro y Pablo en el año 60 después de Cristo. A él se dedica esta parróquia que ya hunde sus cimientos en el mismo lugar desde el año 517 aunque el edificio actual date de 1533.
Se encuentra a mitad de cuesta, es decir, entre la parte baja de la ciudad y el castillo que se encuentra en lo alto. Por fuera más parece un castillo medieval, si no fuera por la torre, que un templo. Pero hay que entrar para disfrutar de las pequeñas joyas que ofrece, como las imágenes renacentistas, la pila bautismal o las lámparas estilo art decó. Toda una mezcla que intenta paliar el relativo acierto a la hora de pintar las paredes, muy poco logrado.
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