Roberto Gonzalez
En lo más alto
¡Vaya historia la que tiene esta abadía! Fundada alrededor de 1619 en lo alto de la montaña que separa Monterosso de Fegina, estaba ya fuertemente consolidada cuando Napoleón comenzó con la caza de capuchinos, lo que casi la borró del mapa. Digo casi, porque fue transformada en hospital y luego en almacén hasta que a finales del siglo XIX un clérigo del pueblo la restauró completamente y la devolvió a los frailes capuchinos. La iglesia con sus típicas franjas de la arquitectura de la zona, está adornada con altares en madera maciza y una pintura atribuida a Van Dick, pero sobre todo es un remanso de paz.
Si salimos y acercamos la nariz a nuestra izquierda, encontramos lo que era el castillo primitivo que luego fue transformado en cementerio para los propios religiosos. Desde la terracita que está enfrente de la iglesia la vista es realmente hermosa, con la imagen del pueblo literalmente colgado de la montaña y la vista, si el dia acompaña del resto de la costa y los pintorescos pueblos que la adornan.
No nos vayamos de Monterosso sin sentarnos a tomar un exquisito y fragante café expresso...
No nos vayamos de Monterosso sin sentarnos a tomar un exquisito y fragante café expresso...
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