Situada en la plaza de los Fueros, centro del casco antiguo de Orduña, se considera la primera muestra del barroco en Vizcaya. Fue construida por los jesuitas tomando como modelo la Iglesia del Gesu de Roma, sede principal de la Compañía de Jesús.
Ubicada en un lugar preeminente de la trama urbana, la presencia del colegio y la iglesia de los jesuitas cambió la morfología medieval de la ciudad, a la vez que inauguró el barroco en Bizkaia. La irrupción del nuevo estilo no puede ser más completa: la fachada trasluce las tres naves del templo jesuítico por excelencia, que tras el pórtico, nos introduce en una planta de cruz latina con transepto. La cubrición se realiza por medio de cañones con lunetos y cúpula sobre pechinas en el crucero. La decoración es profusa, densa, a base de relieves que ocupan los espacios ordenadamente, todo un grandioso marco para los solemnes ritos de la Contrarreforma.
