Fue el punto que elegí para comenzar mi ...
Fue el punto que elegí para comenzar mi ruta de tres días por el Parque Natural del Alto Tajo y la Serranía de Cuenca. La razón, seguramente que estaba lo suficientemente “al norte” como para que me sirviera de punto de partida para ir descendiendo y que era una puerta de entrada al parque del Alto Tajo.
Eso sí, fue todo una aventura llegar hasta allí. Desde el pueblo de Armallones, con mucho encanto, muy pequeñito y casi deshabitado, pero especial por estar perdido en la naturaleza, sale una carretera que, en unos minutos, se transforma en una pista forestal que desciende hasta el Hundido de Armallones.
La pista principal estaba cerrada por seguridad, así que tiré hacia abajo por donde vi que podía… Ojo, el descenso es tremendo. La pista no está mal, pero es una pista…
Arena, curvas, gravilla. Hay que ir muy despacio y si no le tienes mucho “respeto” a tu coche. Lo normal es bajar en 4x4. Yo me fié de mis ruedas y tiré para abajo, y mereció la pena.
La bajada es tremenda.
Naturaleza en estado puro, sin nadie alrededor y en un entorno de ensueño. Tras un buen rato de descenso, llegué al final de la pista. Me bajé del coche, me asomé al pequeño resquicio de la colina y encontré el agua. Y me quedé ahí, quieto, asombrado.
En medio de la naturaleza y sin nadie alrededor. Rodeado de árboles, de flora de todo tipo… Uff. Aún se me ponen los pelos de punta.
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