Un hotel basado en el estilo Zen Oriental
Este hotel te llena desde que pasas por la puerta de entrada, ya que es realmente un verdadero lujo para los sentidos, dando una sensación de tranquilidad al estar basado en el estilo Zen Oriental, con suelos de madera de teca, espacios abiertos, lago junto a la piscina con flores de loto, grandes jardines bien cuidados, impresionantes piezas de arte oriental, jarrones enormes, etc...
Aunque a mi realmente lo que me impresionó fue mirar desde la terraza de mi habitación y ver como todas las terrazas de todas las habitaciones del hotel se componían de media cristalera y en todas las terrazas había un sofá tipo japonés marrón con 2 cojines blancos y una mesa con una silla, creando un ambiente monótono y dando serenidad.
Ni que decir tiene que la habitación es realmente impresionante, una de las mejores habitaciones que he tenido nunca, con una enorme cama de matrimonio, enfrente una mesa auxiliar con una tele de plasma giratoria para poder verla desde la cama o desde el sofá japonés que había (parecidísimo al que tenía en la terraza). Pero por si no fuera poco, en el lado derecho de nuestra cama teníamos una bañera de diseño con la ducha acristalada al fondo y el lavabo, separado de este ambiente teníamos el wc, el cual podíamos cerrar con una puerta.
La recepción era realmente maravillosa y al estar abierta mirando al jardín y a la piscina longitudinal, sobre la cual justo al lado corría un lago con nefúfares. Un descubrimiento estupendo fue su restaurante The Restaurant Courtyard con una amplia gama de platos internacionales para selectos paladares.
Ni que decir tiene que se trata de un hotelazo de 5 estrellas, realmente creado para el lujo y el disfrute de sus huéspedes, personalmente regresé maravillada del hotel y no creo que haya nadie que no le guste o haya venido descontento tanto del trato, como del servicio como del establecimiento en sí mismo.


