El hotel rural Suquín me pareció una m...
El hotel rural Suquín me pareció una maravilla. Situado en un entorno excepcional, goza de una gran tranquilidad y un aspecto difícil de mejorar a mi gusto. Las habitaciones son sencillas pero con gusto, al igual que las salas comunes que son muy cucas.
Me hizo mucha gracia el detalle que presidía cada habitación, ya que cada una de ellas lleva el nombre de un personaje de mitología asturiana. Junto a la puerta encontramos una representación de tal personaje, y luego dentro de la habitación está enmarcada su historia y explicación.
El personal es muy atento, Alberto saldrá a recibirte con mucha amabilidad y estará allí para lo que necesites.