Un hotel de vistas espectaculares
Durante toda nuestra estancia por Suiza estuvimos siempre en hoteles cercanos a estaciones de tren. El Schweizerhof no era el caso, pero no importa, en la estación nos esperaba nuestro microbus que nos llevó hasta la puerta de este hotel de lujo.
Al llegar estaba frío y oscuro, el recepcionista nos atendió rápidamente y nos mostró nuestras habitaciones, que eran bastante amplias, pero no era eso lo más importante. Lo mejor eran las impresionantes vistas que se veían fuera. La noche no era el mejor momento para disfrutarlo, pero la verdad es que eran una pasada, increíble.
Por la mañana, me despertó la luz que entraba por la ventana que daba al balcón. Eché un vistazo con un ojo medio abierto: el cielo estaba despejado y había una luz impresionante. "Hay que sacar la cámara" fue lo primero en lo que pensé ese día.