¿Nuevo o restaurado?
El hotel Salwan, parece querer guardarse la respuesta a mi pregunta muy celosamente.
Y es que este hotel, que conseguimos muy a ultima hora en una plataforma de reservas, tenía todas las cartas ganadoras para alojarnos durante una de las dos noches que pasaríamos en el Sáhara. Realmente el alojamiento no nos defraudó, por el contrario satisfizo todas las expectativas que llevábamos en nuestra mente e incluso las superó en muchos aspectos.
Primero por la situación, bastante cerca de la zona moderna de la ciudad y del ayuntamiento; en segundo lugar por las instalaciones, que mezclaban zonas que parecían recién acabadas ( incluso el aluminio de las puertas de entrada estaba aún cubierto por el plástico protector) con zonas que parecían un poco más añejas o muebles que sugerían un uso anterior al hotel actual, por lo que dedujimos que debían haber pertenecido a otro establecimiento y encontraron su lugar en éste, que combina el kitsch del diseño actual de dudoso gusto con el semirococó árabe, dado al dorado y las flores de plástico en los pasillos.