Cuando visitamos Viana do Castelo nos...
Cuando visitamos Viana do Castelo nos hospedamos en este hotel, bastante céntrico, en pleno centro con vistas al río.
Es un modesto hotel con tan sólo 20 habitaciones, la nuestra era una triple, el mobiliario era bastante espartano, tres camas de 90, una cómoda, con una tv que parecía sacada de la serie "Cuéntame" desde la que sólo se sintonizaban canales portugueses y cuyo mando a distancia estaba de adorno; un taburete y una silla ambos de skay, un armario, bastante amplio, las cortinas en raso fucsia completaban la estancia en un estilo totalmente kitsch.
El baño también era estilo años 60, en tonos rosas, pero por lo menos tenia secador de pelo y estaba todo superlimpio al igual que las toallas y la ropa de cama que era cambiada a diario.
Otro detalle que me gustó, era el suelo en madera, en vez de las antihigiénicas moquetas, que suele haber en todos los hoteles, y a mi que soy alérgica a casi todo, me horrorizan...
Aunque cuando reservamos a través de la web, decían que había aparcamiento, no era así, el aparcamiento estaba justo enfrente, pero era municipal y de pago.
Lo mejor, sin duda, eran las vistas, desde los dos balcones de la habitación contemplábamos el amanecer y el atardecer junto al río, el bullicio de la gente que paseaba por la avenida, etc.
En cuanto a los desayunos, no estaban mal, disponía de un pequeño comedor con nueve mesitas, en las que estaban los servicios de desayuno, junto a un platito con mantequilla, mermelada, azúcar, bombones, etc., y luego una barra donde servirte: Fruta, embutidos, yogures, bolleria, pan, etc., y otra donde servirte, el café, té, zumo o leche.
La situación es estratégica, el precio barato, desde luego si vuelvo a visitar Viana volveré a este hotel, es una gozada poder ir a pie a todos las atracciones turisticas y en especial a los restaurantes, después de cenar, volvíamos a hotel, dando un agradable paseo.


