Dueño grosero y maleducado
Visitamos la cafetería del hotel para desayunar, de camino al norte. El servicio es malo y caro y al decir algo el dueño no escatima en quejarse y llamarte cagaprisas.
Parece muy bonito pero el servicio es horrible. 2 cafes, pincho de tortilla y tostada: 6,90€