Hotel MGM
Uno de los hoteles más completos de entre todos los complejos hotel-casino que hay situados en el Strip de Las Vegas. Como en la mayoría de hoteles de Estados Unidos, dispone de una gran televisión con sistema integrado de entretenimiento que permite el alquiler de películas con cobro a la habitación.
El lavabo del baño está integrado en el recibidor de la habitación y cuenta dos pequeños apartados para la ducha (muy espaciosa y confortable con sus decoración en piedra) y el WC, aunque el sistema de separación no está muy logrado y es habitual que el agua de la una se cuele en la otra.
El hotel cuenta con WiFi gratuito en todas las habitaciones, algo de agradecer, y las habitaciones son espaciosas y confortables, aunque no destacan especialmente por sus vistas.
Las mayores ventajas del MGM están en su complejo de entretenimiento. Además del amplio casino, cuenta con un Food Lounge bastante surtido (McDonalds, asiático, pizzería, bocatas) y una amplia variedad de restaurante más 'arreglados' cuya oferta va desde la cocina asiática a la mexicana.
En sus salas también acoge el espectáculo Ka del Cirque du Soleil y la CSI Experience, donde uno puede encarnar el papel de uno de los agentes de Grissom e intentar resolver las tres escenas del crimen que ofrecen (20$ la primera, 10$ las otras dos si se completa la primera). También acoge los más destacados combates de boxeo y de UFC, por lo que no es raro encontrarse en el casino a algunos de los luchadores más conocidos.
Mención aparte merecen las piscinas, con hasta ocho opciones que, eso sí, no varían mucho de unas a otras. Todas tienen una profundidad que no supera el metro y está prohibido tirarse de cabeza, por lo que más bien parecen charcos donde pasar el día en remojo, eso sí, bebiendo cócteles en vasos impermeables. Su mayor aliciente es la piscina-río, que durante nuestra estancia, por desgracia, estuvo cerrada. Aquí es donde se celebran las fiestas nocturnas de Wet Republic, dado que el resto de piscinas cierran a las 18 horas.
Por último, destacar que desde el MGM, en concreto desde su planta subterránea, arranca el monorraíl que recorre todo el bulevar, conectando casi todos los casinos de la ciudad de una forma rápida y bastante económica. (Hay que recordar que en Las Vegas está prohibido parar un taxi por la calle y todos deben reservarse desde el hotel y cogerse en la recepción).