El edificio es impresionante y majestuoso.
Idealmente situado justo fuera del centro económico y de la parte turística de la ciudad, el hotel Hilton posee sin embargo, una ubicación privilegiada, a pocos metros del reconstruido Lago de la Espada y en pleno corazón de los barrios elegantes de la capital de Vietnam, en una bonita plaza acogiendo también la ópera municipal de la ciudad.
No dormimos allí, prefiriendo pequeños hoteles o pensiones familiares, no sólo más asequibles, sino también más cercanos a los ciudadanos vietnamitas, que veníamos de descubrir. Sin embargo, sí cenamos allí en la víspera de Navidad: el 24 de diciembre por la noche, el hotel se adorna con 1.000 luces y ofrece un buffet pantagruélico con ostras, foie gras, una selección enorme de carnes, pescados, crustáceos, verduras y de panes y quesos (lo que más nos hacía falta, por allí), muy popular entre los expatriados, por sólo $ 40.