Un pequeño capricho
Podríamos decir que este hotel está "un escalón" por encima de los habituales alojamientos para mochileros, con habitaciones con aire acondicionado que rondan las 2.000 rupias (más tasas). Sin embargo, si tenéis un poco de suerte y os sabéis ganar al dueño os dejarán una de las habitaciones más sencillas (sin aire acondicionado, con ventilador) por 700 rupias sin tasas.
El hotel es pequeñito y coqueto. Se encuentra a dos pasos de la enorme playa de Puri, desgraciadamente bastante sucia pero inmensa, ideal para dar largos paseos. Como bañarse en bikini es complicado para las mujeres aquí (cada una puede hacer lo que quiera, pero os exponéis a ser miradas por todo el mundo), llegar al hotel después de un día caluroso y darse un baño en la piscina se agradece mucho.
El hotel Gandhara cuenta también con servicio de restaurante, abierto desde por la mañana hasta las nueve de la noche y llevado por unos chicos simpatiquísimos que no aceptan propinas de ninguna manera (deben tener órdenes estrictas). La comida es de muy buena calidad, pero en raciones escasas y algo cara. Por ello, mejor comer en el cercano restaurante Dakshin, situado a 150 metros del hotel.
Para lo que sí está bien el servicio del hotel es para disfrutar de una cervecita en el jardín, algo más difícil de encontrar en la calle. Una cosa curiosa del Gandhara es que las bebidas (refrescos, agua, cerveza) se guardan en unas neveras abiertas al público. Funciona como un self-service: coges lo que quieras y lo anotas en una libreta, con tu número de habitación. Todo se paga al hacer el check out.
Otros servicios del hotel: wifi (gratuito), lavandería y agencia de viajes (para comprar billetes de tren, avión, contratar excursiones...).
Muy recomendable, incluso si vuestro presupuesto es ajustado. ¡Pedid la habitación sencilla!