ANADEL
Excelente
Es un hotel de diez, por su personal, el detalle, el buen rollo que transmite y muchas cosas más, pero como siempre ha de haber un pero, su localización no es agradable, es un largo paseo hasta el verdadero centro, y el barrio es mejorable.
Por lo que respecta a la decoración está conseguidísima, permanece sin embargo una vetusta escalera con antiguos escalones o un ascensor del año de matusalén, pero han sabido combinar unas vanguardistas obras de arte y un mobiliario colorido y a la última, para conseguir un hotel feliz, su nombre lo describe perfectamente.
Mi habitación daba a una calle lateral, solo era una noche, pero me consta que algunas tienen unas preciosas vistas sobre el puerto de Palma, que queda algunos metros por debajo.
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