increíblemente maravilloso
Mi estancia en el Castillo-Hotel de la Tremblaye se puede resumir así: uno de los mejores alojamientos en los que he estado en toda mi vida!
Es impresionante la majestuosidad de la fachada de este castillo, acertadamente reconvertido en un alojamiento de clase superior. Disfrutar de sus vistas recortadas en el horizonte mientras te das un chapuzón en la piscina es algo privilegiado.
El jardín, poblado por grandes árboles y setos, cuenta con un gran espacio para pasear, tomar el sol o relajarte en la piscina.
El interior del hotel es sumamente elegante y refinado. El salón donde se sirve la cena está decorado y recubierto por madera y vigas del mismo material en el techo. Las lámparas doradas, la tapicería, los cuadros y el resto de detalles hacen que alojarte en el castillo-hotel de la Tremblaye sea un sueño. Sus habitaciones, idealmente decoradas con un mobiliario clásico, son amplias y tienen disponibilidad hasta para 4 personas.