juan luis garitaonandía adán
Muy cerca de la Piazza de la Signoría
Se encuentra ésta hostería, donde se puede comer con luz natural, gracias a sus grandes ventanales de vidrio. Como siempre que se entra en un sitio nuevo, la mirada recorre el local, en busca de pistas que nos ayuden a hacernos una idea del mismo.
Ves que está hecho de piedra y ladrillo, ambos muy antigüos, pero perfectamente tratados.
Las mesas, "de ración", alineadas y con manteles individuales de papel, donde puedes leer la carta. A la salida de la cocina, una pequeña barra, con estanterías de botellas relucientes y una vajilla, blanca como la nieve. El sitio promete.
Nos atienden sin agobios: primero el agua y el vino, que para ser de la casa, está francamente rico.
Después pasta, muy, muy rica y carne de la Toscana, con un café y un té, completan la visita.
Limpio, muy limpio y muy tranquilo.
Nosotros, volveríamos.
Estos italianos...ya podían hacer las mesas un poco más grandes.
Como casi siempre he olvidado la foto. A cambio, os dejo la tarjeta del local y con el "street view" de google, te pones en la puerta.
Limpio, muy limpio y muy tranquilo.
Nosotros, volveríamos.
Estos italianos...ya podían hacer las mesas un poco más grandes.
Como casi siempre he olvidado la foto. A cambio, os dejo la tarjeta del local y con el "street view" de google, te pones en la puerta.
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