juan luis garitaonandía adán
Muy cerca de la Piazza de la Signoría
Se encuentra ésta hostería, donde se puede comer con luz natural, gracias a sus grandes ventanales de vidrio. Como siempre que se entra en un sitio nuevo, la mirada recorre el local, en busca de pistas que nos ayuden a hacernos una idea del mismo.
Ves que está hecho de piedra y ladrillo, ambos muy antigüos, pero perfectamente tratados.
Las mesas, "de ración", alineadas y con manteles individuales de papel, donde puedes leer la carta. A la salida de la cocina, una pequeña barra, con estanterías de botellas relucientes y una vajilla, blanca como la nieve. El sitio promete.
Nos atienden sin agobios: primero el agua y el vino, que para ser de la casa, está francamente rico.
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