Lucía Blanco
Una pasada de lugar.
Un sitio completamente tradicional y muy bien cuidado. No se por donde empezar... nos fuimos a Ito para descansar un poco de tanto caminar, y la verdad es que mejor no se podía estar... las aguas termales eran preciosas, y todo el hotel impresionante.
Podías pasear por todos los sitios (que no fuese habitaciones) y te encontrabas espacios enormes cubiertos de Tatami (que en su día cumpliría alguna función), escaleras a otros pisos que te llevaban a mas lugares diferentes, en el salón común había Kotatsus o mesas bajas típicas de jaón, un jardín en el interior precioso! y unas vistas al río impresionantes.
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