Roberto Gonzalez
Vuelta a la vida
Me gustaría que quien lea esto me ayudara a solucionar un dilema que ronda mi cabeza desde que visité Herculano: para quien ya ha diseccionado Pompeya, como es mi caso, la disyuntiva es ¿ hubiera sido mejor visitar antes Herculano o mejor Pompeya?
Son, a mi parecer, diametralmente opuestas, nada que ver la una con la otra, aunque la mayoría de la gente tienda a compararlas e incluso identificarlas.
Primero porque a diferencia de Pompeya, Herculano al ser rescatada descubrió restos mucho más valiosos (artísticos pero sobre todo orgánicos) que permitieron un acceso más claro y cercano a la realidad de la ciudad que el que proporcionó la vecina pompeyana, al parecer por el tipo de residuos volcánicos que la cubrieron.
Segundo porque aunque había leído sobre Herculano, ni por asomo me la imaginaba tan enterrada en el suelo de roca, ya que como se puede ver en las fotos, está literalmente sepultada, a diferencia de Pompeya, a ras de suelo, por lo que las primeras imágenes que tenemos de ella son a vista de pájaro y además en 360º.
Eso si, no esperemos encontrar aquí las tétricas pero enternecedoras imágenes de los ciudadanos modelados por las cenizas, ni la vida detenida de Pompeya.
Más parece que Herculano hubiese tenido tiempo de ser evacuada y no quedase sino los restos de una escapada para sobrevivir a la muerte.
Una vez que tenemos una visión global, proporcionada con el Vesubio al fondo, crucemos el moderno puente y poco a poco visitemos las casas civiles de la ciudad. Grandes, pequeñas, de uno o dos pisos, con patio o con acceso al agua corriente, bares y cantinas, tiendas de alimentos o esclavos... La vida se reorienta desde aquí hasta la quietud de los templos de Augusto o los baños que tanto adoraban en el Imperio, mostrándonos la realidad detenida en el tiempo.
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