Esther Freire
Una aventura en miniatura
Harrys Hafen vivió cerca del puerto de Hamburgo, en el barrio de San Pauli, casi todo el siglo XX. El joven Harrys comenzó a comprar e intercambiar con los marineros que arrivaban desde lugares remotos los objetos más insólitos, para después venderlos en su tienda. Con el tiempo, Harrys convirtió su almacén en un inabarcable "Gabinete de Curiosidades" que van desde un oso polar disecado, que descansa sobre el dintel de la puerta principal, hasta una auténtica sirena de un mascarón de proa. Esculturas, tallas, máscaras, miniaturas, tablas policromadas, animales y un sinfín de piezas reposan en las numerosas salas del sótano.
No son cientos, son más de 3.000. Cuando Harrys murió, sus hijos decidieron cobrar entrada a la tienda y convertirla en una especie de museo antropológico digno de visitar.
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