Avenida Balta número 040
¿Puede surgir el amor hacia una persona desde el apetito y no desde el corazón? Atendiendo al caso del que se ocupa este rincón Cupido no apuntó muy bien, porque me sacaban algunos años de más -y personalmente tengo novia-, que si no, yo apostaría decidídamente por esta clase de relaciones amor-gula.
Doce y media de la noche, estamos tomándonos las características copas navideñas en una terraza a veintipico grados cuando, de repente, alguien se sirve la última copa de Coca Cola. Todos estaremos de acuerdo en que Cuba jamás será libre sin su Coca Cola; esto es así.
Tras una "pito, pito, gorgorito" algo turbio me toca sin más dilación ir a comprar más carburante a la gasolinera cercana. Lejos de enojarme, hago mía la célebre frase de la Pantoja: "dientes, dientes, eso es lo que les jode". Salgo de la casa de mi amigo a la gasolinera 24 horas y tras soportar una enorme cola de pringados como yo, me hago con la dichosa Coca Cola. Al disponerme a volver a la terracita atisbo al otro lado de la ancha avenida una luz (Avenida Balta 040). Como si de la estrella Polar se tratara pongo rumbo hacia ella, rezando para que mi sueño se haga realidad.