Bretagne
Gran patrimonio histórico-artístico
Como buena ciudad francesa y bretona, Guerlesquin ha sabido destacar como núcleo de la actividad comercial de mercados y ferias. La mezcla de sabores y tradición encuentra su sitio en esta villa. La riqueza patrimonial y cultural es enorme, y ha permitido dotar a la ciudad de un patrimonio histórico-artístico. Edificios de más de diez siglos lo atestiguan. Ha sido una de las mimadas por el Duque de Bretaña, que le concedió el título de villa en el siglo XIV. Es una localidad que cambia de color dependiendo de la hora del día. Sus fachadas se disfrazan a todas horas. Un espectáculo de belleza extrema.
El color de sus edificios, de granito tratado, similar a la piedra de sillería castellana, va cambiando de tonalidad, haciendo del lugar aún más mágico e invitando al visitante a pasear por sus innumerables sendas y paseos comerciales.
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